Ordenando la vida

Pensé: “Desnúdate y agarrarle el culo a la vida”, porque se empeña en darme la espalda, y con una Violeta en la mano,decidí salir a visitar el estado de Guarico, me entretuve en ese Encanto Cotidiano que me ofreció Feör. Descanse mi mirada en las imágenes, subyugándome el sol que se impone al final de la tarde en la siembra del arroz en la ciudad de Calabozo. Mientras recorría los arrozales, aspiraba el puñado de azahar que Mia había recogido para mí. Abrí mi bocadillo de jamón, pensando que debía compartirlo con Isabel y estudié como podía hacerle cosquillas a la vida para que por fin me sonriera y poder compartirla con Ybris. Decidí que debía continuar caminando erguida y orgullosa, para que Amparo lo estuviera de mí.
Y así, lancé un beso al aire, con el deseo, -siempre el deseo- de que le llegara a Azpeitia al corazón. Mejoré un poco con el beso de Renata y descubrí, gracias a Pizarr, que estaba dando paso poco a poco a la satisfacción de ser libre y actuar por mi misma. Me sorprendí deseando hacer un akelarre con Maria Manuela para pedirle amablemente a nuestros cuerpos que no nos castiguen. A estas alturas del viaje estaba cansada, pero encontré el hombro izquierdo de Moira en el que me apoyé y descansé un rato. Abrí las ventanas, pude respirar de nuevo y escuche una bonita canción. Esperanzada, con una copa de Codorníu, avance sin caerme y decidí contarme un cuento. Y poco a poco me fui relajando de tal forma que, con la tableta de chocolate en la mano, una mantita en el sofá, y una taza de te de jazmín, viaje al 5º anillo de saturno, pasando por el Camino del Sur; allí di vuelta a la hoja y descubrí que todo pasa, que iba mejor y que debía darle un voto de confianza al año. Tomé aire para respirar y llegó hasta mi el perfume de los azahares del naranjal que me traía de nuevo Mia.
Mmmmmhhhhhh!, que bien me sentó el masaje reparador que me dio Celebrador. Me ayudó a recapacitar sobre mi mudanza de casa, de pareja, de vida, de trabajo...vino de golpe sin tiempo para mirar atrás. Y escuchando a REM me consolé virtualmente con Mar.
Sentencio: Tiene razón Rolanda: haré lo que me plazca por hoy, y mirare el mar, y el cielo,... y el mundo seguirá igual...
La contractura física va pasando y Fernando consigue que se me vaya aliviando el alma... y poco a poco escucho mi cuerpo, mi síntoma, y, haciendo caso a Uma, intento darle lo que me está demandando: orden... y poco a poco la calma vuelve a su lugar.
Sí, seguro que “Pasarán estos días como pasan todos los días malos de la vida "... ¡Por eso me gustan tanto los Martes!
Y tengo un recuerdo para la gente como Miguelo que, tontamente, también tiene un mal día.

Tienes razón Isabel, ya era hora de “actualizar”. Actualizar.

No solo el blog...en ello estoy.

Gracias a todos vosotros he podido hacerlo.

Me han ayudado y he recogido todos vuestros besos, abrazos y cariño.