
Soy mujer de pocas normas, poco kantiana, me resulta imposible seguir cadenas ni nada que me obligue a hacer algo que me incomode. Pensándolo, creo que ni siquiera sigo la norma de no seguir ninguna. Cuándo por trabajo, lazo social o imposición he de seguir una cadena produce en mi tal desasosiego que debo hacerlo rápido para evitar mi angustia. Y siempre lo hago mal.
Por eso, me atrapó este mundo de la red. Escribo lo que quiero, cuándo quiero y sin obligación de responder a nada ni a nadie que no se me antoje. No hago nada por el mero hecho de quedar bien. Cuando decido hacer algo, lo hago porque sí. Por puro deseo. Es la libertad que me ofrecen entre otros, este espacio. Atrapada también por lo que contáis y como lo hacéis. Acepto de buen grado todos los comentarios. En este espacio y en todos los de mi vida.
Por otro lado poco más que quiera desnudar aquí: soy mujer generosa y confiada. Y no me gusta jugar con los sentimientos de las personas que estimo. Si alguna vez lo hago, no hay intención de hacerlo.
No soy rencorosa pero, cuando concluyo una relación, sea del tipo que sea, está finalizada. No hay retroceso, desaparece, es punto final; por eso doy tantas oportunidades.
Explosiva y ardiente en todos los aspectos de mi vida, pero no visceral.
Intento hacer caso a mi inconsciente. Mi consciente me juega malas pasadas. Hace demasiado caso de mis fantasmas.
No me gusta dar consejos. Cuándo lo hago, es ante la hiperinsistencia, (palabra que no sé si existe, pero si no, debería existir), y los doy tan drásticos que hay que ser muy bestia, inconsciente, sin lazo social o divertido para seguirlos. Siempre, siempre espero que no los sigan. Ni siquiera sigo los que yo misma me doy. No me los pidáis. Tampoco me gusta que me los den.
Color preferido; el blanco. Los tiene todos.
Número elegido; el infinito de los números
Libro preferido; el milagro de poder leer, aunque sea la propaganda del buzón.
Película favorita; la belleza de mirar
Música; la que me hace reír, llorar, sentir, amar, rabiar, excitarme, relajarme...
Y reír, y sonreír... y que tú lo hagas.
Por eso, me atrapó este mundo de la red. Escribo lo que quiero, cuándo quiero y sin obligación de responder a nada ni a nadie que no se me antoje. No hago nada por el mero hecho de quedar bien. Cuando decido hacer algo, lo hago porque sí. Por puro deseo. Es la libertad que me ofrecen entre otros, este espacio. Atrapada también por lo que contáis y como lo hacéis. Acepto de buen grado todos los comentarios. En este espacio y en todos los de mi vida.
Por otro lado poco más que quiera desnudar aquí: soy mujer generosa y confiada. Y no me gusta jugar con los sentimientos de las personas que estimo. Si alguna vez lo hago, no hay intención de hacerlo.
No soy rencorosa pero, cuando concluyo una relación, sea del tipo que sea, está finalizada. No hay retroceso, desaparece, es punto final; por eso doy tantas oportunidades.
Explosiva y ardiente en todos los aspectos de mi vida, pero no visceral.
Intento hacer caso a mi inconsciente. Mi consciente me juega malas pasadas. Hace demasiado caso de mis fantasmas.
No me gusta dar consejos. Cuándo lo hago, es ante la hiperinsistencia, (palabra que no sé si existe, pero si no, debería existir), y los doy tan drásticos que hay que ser muy bestia, inconsciente, sin lazo social o divertido para seguirlos. Siempre, siempre espero que no los sigan. Ni siquiera sigo los que yo misma me doy. No me los pidáis. Tampoco me gusta que me los den.
Color preferido; el blanco. Los tiene todos.
Número elegido; el infinito de los números
Libro preferido; el milagro de poder leer, aunque sea la propaganda del buzón.
Película favorita; la belleza de mirar
Música; la que me hace reír, llorar, sentir, amar, rabiar, excitarme, relajarme...
Y reír, y sonreír... y que tú lo hagas.
Y me seducen los puntos suspensivos... dejan siempre el final abierto...